Escrito por Nerea de la Fuente, directora de Suscripción Técnica de Hiscox
El pasado sábado celebramos el Día de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, una fecha impulsada por la ONU para poner en valor el papel que juegan estas compañías en el tejido empresarial mundial. En el caso de España hablamos, según datos del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social de 2019, de más de 1.330.000 empresas con menos de 250 trabajadores. Compañías con menores infraestructuras que las grandes multinacionales pero con la misma pasión, si no más, por su actividad y su negocio, y que en los próximos meses se tendrán que enfrentar a un escenario completamente desconocido, en diferentes materias, entre ellas el de los riesgos ciber. Es por tanto vital que sus directores y gerentes comprendan cual es la que posición que ocupan en este momento.
Para cumplir con este objetivo, cada año Hiscox analiza el nivel de ciberpreparación del tejido empresarial de 8 países, entre ellos España. En la edición de este año del “Informe de ciberpreparación de Hiscox 2020”, presentado la semana pasada, hemos entrevistado a directores, jefes de departamento, CIOs y otros profesionales clave de más de 5.500 empresas. Y los datos indican que se está produciendo una doble brecha en el tejido empresarial español en torno a su capacidad de detectar, detener y resolver un incidente cibernético.
Por un lado, existen compañías y profesionales en el mercado español que poco a poco van evolucionando la robustez de sus estrategias de ciberseguridad, pero el dato relevante es que más de 7 de cada 10 empresas no han conseguido mejorar su ciberpreparación en los últimos tres años. Situándonos así a la cola de los 8 países que se analizan en el informe. Pero como he dicho, el problema no es solo si nos comparamos con otros mercados, sino que además, si analizamos nuestro tejido encontramos esa segunda brecha: la ciberpreparación disminuye junto con la dimensión de las compañías. Así, según nuestro estudio, son calificadas como cibernovatas el 82% de las microempresas y el 76% de las pymes, mientras que solo el 61% de las grandes empresas analizadas obtienen esta calificación.
La falta de ciberpreparación de más de un millón de microempresas y pymes de nuestro país puede deberse a un exceso de confianza en algunos casos, pero sobre todo creo que muchas de ellas no están siendo capaces de evolucionar al mismo ritmo que lo hace la sofisticación de los ciberdelincuentes, y es ahí donde tenemos mucho trabajo por hacer desde el sector asegurador a través de soluciones accesibles que ayuden a la concienciación y ofrezcan información, formación y protección. Las empresas, de cualquier tamaño o sector, deben saber que pueden tener acceso a una propuesta aseguradora completa, consistente en una gran variedad de servicios preventivos a su disposición, así como de un seguro especializado que cubrirá los riesgos reales de esa compañía, y además ofrecerá formación a sus empleados, dispondrá de un servicio de respuesta en caso de incidente, y en la peor de las situaciones responderá financieramente a los gastos generados por el ataque facilitando la vuelta a la normalidad, que según el informe son un 30% más altos en España que la media del estudio.
Si cabe más que nunca, tras los meses de pandemia y confinamiento que hemos sufrido todos, debemos ponernos a disposición de estas compañías, piezas clave de la economía mundial. Esperamos que su participación como impulsoras de generación de riqueza y empleo continúe creciendo porque lo vamos a necesitar en el nuevo escenario que tenemos por delante. En nuestro caso, el sector asegurador, y específicamente aquellas empresas, como Hiscox, que participamos activamente en la creación del ecosistema de la ciberseguridad español, pondremos el foco en estas compañías para que nadie se quede atrás.