El Parlamento alemán sufre el mayor hackeo que ha afectado al país, dejando «con el culo al aire» a centenares de políticos, incluida al parecer, la Canciller Ángela Merkel. Un hackeo para cuya resolución, Alemania ya ha pedido ayuda al servicio secreto de la NSA de EEUU.

El viernes 4 de enero conocíamos el mayor hackeo de la historia de Alemania. Un ciberdelincuente aún desconocido y que se autodenomina como «investigador de seguridad y sátiro», robaba y difundía a través de las redes sociales, datos y documentos de cientos de políticos de diferentes colores políticos,  según informaba el  canal regional RBB Inforadio.

Los datos que han sido difundidos a través de Twitter, eran horas más tarde confirmados por diferentes medios de comunicación del país, dejando «con el culo al aire» a más de un político. Al parecer, el único grupo político que no se ha visto afectado por el hackeo ha sido el «Alternativa para Alemania», (AfD), un grupo considerado por algunos como ultraderechista.

Las víctimas: Políticos de todos los colores y a nivel estatal, federal y europeo

El diario Bild cifra el robo de datos en miles. Un revelado de información confidencial que afecta a centenares de políticos que como decimos, pertenecen a diferentes grupos y que ejercen en diferentes niveles como el estatal, el federal o incluso el europeo. En este sentido y aunque la difusión de los datos lleva realizándose desde hace varios días, desde antes del comienzo de las fiestas navideñas, no fue hasta la misma noche del jueves día 3 de enero cuando las autoridades alemanas se percataron del grave suceso cibernético. Fue entonces cuando saltaron las alarmas, la voz corrió y en el mundo nos enteramos del que ha sido el mayor hackeo de la historia de Alemania.

Los datos hechos públicos por el ciberdelincuente trataban desde números de teléfono, direcciones postales, direcciones de emails, mensajes y cartas privadas o facturas y tarjetas de crédito. Respecto a lo que concierne sobre la Canciller, Ángela Merkel, se sabe que de ella se han hecho púbicos tanto su dirección de email como su número de fax y algunas cartas personales. 

Este escándalo ha trascendido del nivel político y ha afectado también al mundo periodístico ya que el hackeo ha afectado también a varios periodistas de las cadenas públicas ZDF y ARD.

«Hemos estado tratando este tema desde la noche (del jueves) y nos estamos ocupando de informar a nuestra gente«, dijo un portavoz del SPD a la agencia alemana de noticias DPA. “Esto es asunto de las autoridades competentes. Estamos en contacto con ellas”, añadió.

Para poder resolver el caso, Alemania ha pedido ya la ayuda expresa del servicio secreto de la NSA de Trump, según publica el diario Bild, y mientras que La Oficina Federal de Seguridad de la Información (BSI), asegura que están aún investigando el caso, quedan muchas incógnitas en el aire como por ejemplo, si ha sido sólo una persona (un ciberdelincuente aislado) quien ha realizado el robo de información o en tal caso un grupo. En cualquiera de ambos casos, y lejos de suponer este ataque un gran coste económico, el coste reputacional para la gran República Federal Alemana y su ciberseguridad es enorme.