Los fraudes online buscan suplantar a los usuarios y robar sus datos o dinero, y los niños y adolescentes pueden ser vulnerables a estos ataques.
Cuando se trata de la seguridad en Internet, es común pensar que los niños y adolescentes están exentos de ciertos riesgos, como los fraudes online, que parecen dirigirse principalmente a adultos. Sin embargo, la realidad es que estos engaños también pueden afectar a los más jóvenes, ya sea en sus entornos digitales específicos o a través de servicios y plataformas que utilizan habitualmente.
Los fraudes online buscan suplantar a los usuarios y robar sus datos o dinero, y los niños y adolescentes pueden ser vulnerables a estos ataques debido a que utilizan las mismas plataformas digitales que los adultos o porque algunos fraudes están específicamente dirigidos a ellos.
En el caso de los menores, los fraudes pueden llegar a través de mensajes privados en redes sociales, chats en juegos en línea o correos electrónicos. También pueden encontrarse con estafas que utilizan reclamos como anuncios o publicaciones en redes sociales, foros o comunidades virtuales.
Entre los fraudes más comunes que afectan a los menores se encuentran aquellos que ofrecen descuentos y ofertas llamativas en tiendas falsas de ropa o gadgets, concursos atractivos que solicitan pagos o información personal, o enlaces y aplicaciones que prometen premios o mejoras en sus plataformas de videojuegos favoritas. Además, algunos fraudes pueden utilizar métodos más tradicionales, como mensajes y correos electrónicos que solicitan hacer clic en enlaces para actualizar datos de acceso o acceder a supuestas funciones adicionales.
Es esencial que los padres, educadores y tutores promuevan la prevención y la conciencia en los menores al utilizar Internet. Fomentar el sentido común, el uso consciente y la precaución en línea es clave para evitar caer en este tipo de estafas. Se puede utilizar recursos educativos y juegos interactivos para enseñar a los niños a detectar la ingeniería social y a identificar posibles fraudes.
Algunas pautas imprescindibles para los menores incluyen el uso de contraseñas robustas y la implementación de autenticación de dos factores para proteger sus cuentas en línea. También es crucial evitar hacer clic en enlaces sospechosos o descargar aplicaciones de fuentes no confiables. Los niños deben ser conscientes de no compartir información personal en línea y aprender a verificar la autenticidad de sitios web y aplicaciones antes de proporcionar cualquier dato.
En resumen, el objetivo debe ser «cero fraudes online». Los adultos deben acompañar a los menores en su formación digital, enseñándoles a navegar por Internet de manera segura y responsable. La información y el apoyo son fundamentales para que los niños y adolescentes puedan reconocer y evitar estafas en línea, y así disfrutar de una experiencia segura y positiva en el mundo digital