En la última década, la adopción de servicios en la nube ha transformado la manera en que las empresas almacenan, procesan y comparten información. La flexibilidad, el ahorro de costes y la escalabilidad inmediata han convertido la nube en el motor del crecimiento digital. Pero ese mismo entorno dinámico ha abierto también nuevas puertas a los ciberataques.
La realidad es clara: cuanto más dependemos de la tecnología, más atractivo se vuelve nuestro entorno digital para los delincuentes informáticos. Por eso, entender bien cómo funcionan los servicios public cloud y aprovechar sus ventajas es esencial para construir una estrategia de seguridad sólida y adaptable.
Amenazas digitales más comunes en entornos cloud
Migrar a la nube no elimina los riesgos; los transforma. Las empresas se enfrentan a un panorama donde la frontera entre lo interno y lo externo se difumina. Estas son las principales amenazas que deben vigilar:
- Fugas o filtraciones de datos: La pérdida de información confidencial sigue siendo uno de los mayores temores. Puede deberse a errores humanos, configuraciones inadecuadas o vulnerabilidades explotadas por atacantes. En entornos cloud, un fallo en un contenedor o bucket puede exponer miles de archivos en segundos.
- Accesos no autorizados y robo de credenciales: Los ciberdelincuentes no siempre “entran por la fuerza”; a menudo acceden por la puerta principal usando credenciales filtradas o contraseñas débiles. La falta de autenticación multifactor sigue siendo un punto débil.
- Ransomware en la nube: Aunque muchos lo asocian con dispositivos locales, el ransomware también afecta a entornos cloud. Los atacantes cifran datos almacenados en servicios compartidos y exigen rescates por su liberación.
- Configuraciones erróneas: Uno de los errores más frecuentes. Un permiso mal asignado puede dejar bases de datos accesibles al público sin que la empresa lo note. La automatización sin revisión puede multiplicar este tipo de fallos.
- Dependencia del proveedor: La seguridad también depende del compromiso del proveedor de nube. Es crucial elegir uno que garantice transparencia, cumplimiento normativo y soberanía de los datos.
Cómo construir una estrategia de ciberseguridad en la nube
Adoptar la nube de forma segura implica un cambio de mentalidad. No se trata solo de proteger sistemas, sino de proteger información en movimiento, accesible desde distintos puntos del planeta. Aquí las claves:
- Cifrado de datos: El cifrado debe aplicarse tanto en tránsito como en reposo. Esto significa que los datos deben viajar de forma ilegible entre dispositivos, servidores y usuarios. Solo el titular de las claves puede descifrarlos.
- Gestión de identidades y accesos (IAM): Saber quién accede, desde dónde y a qué recursos es esencial. Implementar políticas de acceso mínimo, contraseñas robustas y autenticación multifactor (MFA) reduce drásticamente las posibilidades de intrusión.
- Segmentación de entornos: No todos los datos deben convivir en el mismo espacio. Separar entornos de desarrollo, pruebas y producción evita que un fallo en uno afecte a los demás.
- Monitorización continua y detección de anomalías: Contar con sistemas de análisis en tiempo real (SIEM, IDS/IPS) permite detectar patrones sospechosos antes de que se conviertan en ataques reales. La inteligencia artificial y el machine learning son aliados cada vez más útiles en esta tarea.
- Actualizaciones y parches constantes: Muchas brechas se producen por no aplicar actualizaciones a tiempo. Mantener los sistemas al día cierra vulnerabilidades conocidas que los atacantes podrían aprovechar.
- Copias de seguridad seguras y automatizadas: Las copias de respaldo en entornos independientes (offline o en regiones distintas) garantizan que, ante un ataque o fallo, la empresa pueda recuperar su actividad sin pérdidas graves.
- Cumplimiento normativo: Respetar marcos legales como el RGPD y estándares como ISO 27001 no es solo una obligación, sino una garantía de buenas prácticas de protección de datos.
El rol del proveedor de nube: confianza y soberanía digital
En ciberseguridad, no hay estrategia completa sin un socio tecnológico sólido. No todos los proveedores de nube ofrecen el mismo nivel de seguridad ni la misma transparencia. Por eso, es fundamental elegir una opción que combine rendimiento, cumplimiento y protección de datos.
OVH Cloud es un ejemplo de proveedor comprometido con la soberanía digital y la seguridad. Ofrece infraestructura escalable, centros de datos bajo jurisdicción europea y un enfoque centrado en la privacidad del cliente. Además, pone a disposición herramientas de control, cifrado y monitorización que ayudan a las empresas a proteger sus operaciones en todo momento.
Su modelo de nube pública se basa en la independencia tecnológica y en la transparencia: el cliente sabe dónde se alojan sus datos, quién los gestiona y bajo qué normativas se protegen. En un momento donde la soberanía digital europea es más relevante que nunca, contar con un socio como OVHcloud significa trabajar con un proveedor que prioriza la seguridad, el cumplimiento legal y la confianza.
Formar una cultura de seguridad desde dentro
La tecnología es solo una parte del escudo. La otra, igual de importante, es la cultura organizacional. Los empleados suelen ser el punto de entrada más común para los ciberataques. Por eso, la formación continua en buenas prácticas de seguridad debe ser una prioridad.
Concienciar al personal sobre los riesgos del phishing, el uso de contraseñas seguras, la protección de dispositivos y el manejo responsable de datos corporativos es esencial. Un equipo informado actúa como la primera línea de defensa ante cualquier intento de intrusión.
Las políticas internas también deben adaptarse al trabajo remoto y al uso de dispositivos personales. Cada acceso externo representa una posible vulnerabilidad, y la prevención empieza con la educación digital.