Por Jorge Parra, Head of Cybersecurity en Deutsche Telekom Global Business
En la era digital actual, las empresas están cada vez más integradas en ecosistemas complejos y distribuidos, donde los entornos multicloud se han convertido en la norma más que en la excepción. Adoptar una estrategia multicloud ofrece múltiples beneficios, como la flexibilidad, la redundancia y la optimización de costos. Sin embargo, también presenta desafíos significativos, particularmente en términos de seguridad. La protección de las conexiones en un entorno multicloud no solo es crucial, sino que podría ser el factor decisivo para la supervivencia de una empresa en un panorama tecnológico cada vez más amenazante.
El concepto de multicloud hace referencia al uso de múltiples servicios de nube, a menudo de diferentes proveedores, para satisfacer diversas necesidades de una organización. Esta estrategia permite a las empresas evitar la dependencia de un solo proveedor y les da la capacidad de aprovechar las fortalezas específicas de cada servicio. Sin embargo, esta misma diversidad crea un mosaico de infraestructuras y servicios que deben integrarse y comunicarse entre sí de manera segura.
La adopción del multicloud introduce una complejidad significativa en la gestión de la seguridad. Cada nube pública, privada o híbrida utilizada por una organización viene con su propio conjunto de herramientas y políticas de seguridad, lo que puede resultar en brechas si no se manejan adecuadamente. A esto se suma el reto de asegurar la comunicación entre estas nubes y los usuarios finales.
Uno de los mayores riesgos es la falta de visibilidad y control sobre los datos que se mueven a través de múltiples nubes. Sin una supervisión adecuada, es fácil que los datos sensibles se expongan o se pierdan en tránsito. Además, las configuraciones erróneas de seguridad, que son una de las principales causas de vulnerabilidades en la gestión de accesos, trazabilidad y protección de la información, se ven exacerbadas en un entorno multicloud, donde es difícil mantener la coherencia en las políticas de seguridad.
Por este motivo, una protección consistente de nuestros usuarios, aplicaciones y accesos a la información es crucial. Los datos en tránsito entre nubes, entre la nube y los usuarios, o entre la nube y las aplicaciones, son vulnerables a ataques si no están adecuadamente protegidos. La implementación de soluciones robustas de zero trust son cada vez más un imperativo para garantizar que los datos se mantengan seguros mientras se mueven a través de la red.
Con el objetivo de fortalecer la seguridad multicloud, las organizaciones tienen a su alcance soluciones como Magenta Secure SDWAN y Magenta SASE/SSE, que son indispensables para prevenir la propagación de incidentes de ciberseguridad, y garantizar una experiencia de usuario óptima en el consumo de aplicaciones, ya que proporciona una gestión integral y convergente de la red, el usuario y la aplicación/dato para cada contexto de seguridad particular que les concierne. Esto permite enriquecer y potenciar los sistemas de análisis, detección y respuesta temprana ante amenazas, comportamientos de usuarios, aplicaciones y patrones de tráfico inusuales, desde un mismo plano de control y visibilidad integral.
El entorno multicloud es una realidad inevitable para muchas organizaciones que buscan optimizar sus operaciones en un mundo cada vez más conectado. Sin embargo, con esta oportunidad viene la responsabilidad de proteger las conexiones que sostienen este ecosistema. La seguridad multicloud no puede ser una reflexión tardía y se deben implementar desde el inicio soluciones que garanticen una protección robusta en estos entornos para asegurar que las organizaciones puedan aprovechar al máximo las ventajas del multicloud sin comprometer su seguridad.