El panorama de la ciberseguridad evoluciona rápidamente mientras la transformación digital y la inteligencia artificial (IA) redefinen la forma en que las empresas operan y se defienden frente a las amenazas
En este sentido, Zscaler, Inc., empresa de seguridad en la nube, comparte sus predicciones de ciberseguridad para 2026, destacando las diez principales tendencias que influirán en las estrategias de protección digital en un contexto en el que las amenazas se vuelven cada vez más sofisticadas:
- Las empresas deben afrontar la crisis de confianza. La proliferación de noticias falsas, contenido generado por IA y ataques automatizados obliga a abandonar modelos de seguridad predecibles y obsoletos. Zscaler anticipa una evolución del enfoque Zero Trust hacia una confianza asimétrica, basada en tecnologías de engaño que protegen activos reales mediante la creación de falsos.
- La IA transformará los riesgos de seguridad y la dinámica de la fuerza laboral. El auge la IA agentiva y el uso no autorizado de herramientas de IA por parte de empleados (“IA en la sombra”) incrementan los riesgos de filtraciones, errores legales y desvío de políticas. Las empresas deberán tratar la IA como parte de la fuerza laboral y aplicar principios de Zero Trust también a las herramientas automatizadas.
- Zero Trust evoluciona: de “mínimo privilegio” a “mínima información”. El nuevo modelo ya no se centrará solo en limitar accesos (“mínimo privilegio”) sino también en restringir el acceso a información (“mínima información”). Esto implicará una revisión profunda de los flujos de datos internos y externos, buscando reducir la exposición de datos sensibles a APIs, terceros e incluso usuarios internos. Aplicar los principios de Zero Trust directamente a los flujos de datos ayudará a minimizar fugas y cumplir con regulaciones en entornos cada vez más distribuido.
- Aumento de riesgos en terceros y cadena de suministro. Las dependencias de software de terceros, soluciones de código abierto y servicios externos incrementan los puntos vulnerables de acceso por parte de los atacantes. Por ello, es clave priorizar la seguridad en la cadena de suministro, mediante una evaluación continua de proveedores, monitorización de dependencias y respuesta proactiva ante incidentes.
- Soberanía de datos vs. agilidad empresarial. El cumplimiento de normativas está llevando a las empresas a repatriar datos a jurisdicciones locales, especialmente en Europa. Esto puede afectar la experiencia del usuario y limitar la agilidad del negocio. Se espera un aumento en la adopción de Tecnologías de Mejora de la Privacidad (PET) para equilibrar cumplimiento y eficiencia operativa.
- El liderazgo en seguridad se amplía. El rol del CISO se está fusionando con funciones de datos y estrategia empresarial, dando lugar a cargos híbridos como el Chief Security Officer. Además de proteger infraestructuras, los líderes deben abordar la seguridad física, el bienestar del personal y el uso ético de la IA.
- Regulación y colaboración sectorial. Normativas como el EU Digital Omnibus Act y la revisión del GDPR introducirán nuevos retos y costes operativos. Las empresas deberán colaborar de manera más estrecha con tecnológicas, autoridades y el ecosistema proveedor, así como evaluar con rigor las promesas de soberanía digital de los proveedores e invertir en capacidades de cumplimiento.
- Conectividad como infraestructura crítica de la IA. La fiabilidad de los datos que alimentan la IA dependerá de una conectividad segura y ubicua. El crecimiento de dispositivos y sensores IoT impulsará soluciones móviles. Monitorizar estos flujos de datos mediante plataformas Zero Trust será esencial para garantizar agilidad y seguridad.
- La resiliencia digital escala al nivel del consejo directivo. Las interrupciones físicas y cibernéticas elevan la resiliencia de las empresas a prioridad estratégica. La visibilidad total de flujos y ubicaciones de datos será clave para tomar decisiones de inversión en seguridad y recuperación.
- Adopción y regulación del intercambio de claves post-cuánticas. Se prevé que este tipo de criptografía se integre como estándar en navegadores, aplicaciones cliente, SaaS, IaaS y CDNs. Los reguladores —como NIST, CSC o BSI— están emitiendo directrices específicas, y sectores como el financiero ya están avanzando hacia esta transición. Los reguladores y proveedores líderes ya se están preparando para exigir o adoptar esta tecnología crítica.
Según Zscaler, para proteger sus activos digitales en 2026, las empresas deberán reforzar el gobierno de la IA, minimizar la exposición de datos, gestionar eficazmente su cadena de suministro y aplicar principios de Zero Trust en todos los niveles adaptados a un entorno altamente automatizado y regulado. Adaptabilidad, visión estratégica y colaboración serán los pilares de la ciberseguridad del futuro.
