La Inteligencia Artificial (IA) es capaz de automatizar las tareas y aportar un extra de calidad al día a día de cada persona. Para ello, los algoritmos se siguen entrenando dejando, a veces, algunos incidentes.

Amazon Alexa, por ejemplo, ha tardado poco en hablar sobre sexo, la defecación canina e, incluso, ha propuesto a una persona matar a sus padres adoptivos. Las causas de estos incidentes en el chatbot son más normales de lo que parecen a primera vista.

Los chatbots ha calado rápidamente en el mercado. Muchas marcas los utilizan ya con el fin de comunicarse con sus clientes a través de las webs, redes sociales o plataformas de realidad aumentada. Los chatbots son entrenados con conversaciones reales, algo que es imprescindible para el aprendizaje que un lenguaje natural con un ser humano. Aunque el avance ha sido rápido y de manera muy notable, siguen sin generar la misma confianza que un humano de carne y hueso.

Según recoge Reuters, varios de los usuarios de esta herramienta han aportado casos en los que Alexa ha hablado sobre actos sexuales, la defecación canina e, incluso, ha propuesto a una persona matar a sus padres adoptivos.

La causa de esto está en su propio entrenamiento ya que, estos sistemas están diseñados para aprender de las conversaciones de los humanos, quienes interactúan y hacer bromas y éstos conforman una opinión cuando se soliciten determinados temas.

Estos algoritmos no siempre están perfectamente configurados para filtrar o controlar temas de una conversación que puedan ser más sensibles a la boca humana que a la máquina, por lo que pueden escaparse comentarios de este tipo por el camino. En cambio, Amazon confirma haber cerrado más de un bot en el momento en el que se ha detectado este problema.