En este 2020 el ransomware no quiere pasar desapercibido y vuelve dispuesto a seguir bloqueando ordenadores y dispositivos móviles

Está previsto que mañana, 14 de enero, llegue el fin de la vida útil de Windows 7, lo que traerá consigo que los ordenadores que se sigan utilizando después de este parón, tendrán un riesgo mayor de ser víctima de un ciberataque. Ransomware, concretamente. 

Un estudio realizado por Veritas Technologies ha afirmado que “el 26% de los PCs que sigan funcionando con el software Windows 7 de Microsoft después de que termine el soporte para parches y correcciones de errores, sin haber instalado una versión superior de este sistema operativo, sufrirán una mayor tasa de ciberataques a partir de esta semana”.

La exposición al ransomware que pueden sufrir los dispositivos que siguen utilizando un software no soportado por el fabricante ya fue demostrado hace unos años por el virus WannaCry. La Europol apreció que alrededor de unos 200.000 dispositivos en 150.000 países que presentaban vulnerabilidad al ransomware, por no utilizar el software adecuado, fueron atacados. 

Todas las empresas y organizaciones que sigan utilizando ese sistema operativo deberán de estar preparados para poder evitar así, el impacto del cambio. 

 El RGPD obliga a todo aquel que trate datos personales de clientes/usuarios a tomar las medidas necesarias para mantener segura esa información. Por lo que, trabajar con un sistema operativo que ya no tiene actualizaciones de seguridad puede ser motivo suficiente para cometer una negligencia.