Banco Pichincha, el mayor de Ecuador, sufre un grave ciberataque que deja algunos de sus servicios esenciales desactivados de forma temporal
Llevamos una semana en la que los ciberataques son, de nuevo, los grandes protagonistas de la actualidad. Si hace unas horas os hablamos del sufrido por la Universidad Autónoma de Barcelona, en esta ocasión nos vamos un poco más lejos. Ahora es el turno de hablar de Ecuador, concretamente del que es su banco más grande e importante: Banco Pichincha. El mayor banco privado de Ecuador ha sido testigo esta semana de un ciberataque que ha puesto en jaque algunos de sus servicios esenciales. El ciberataque fue perpetrado el pasado fin de semana, lo cual obligó a los altos estamentos del banco a tomar medidas. La primera, y siempre la más esencial, fue cerrar parte de su red para evitar la propagación del ciberataque. Por supuesto, esto tuvo sus consecuencias y ha afectado de diversas formas a sus clientes. Banco Pichincha, el mayor de Ecuador, sufre un grave ciberataque.
Tras el cierre de las redes de Banco Pichincha, las operaciones de interrumpieron, los cajeros automáticos y el portal de banca en línea fueron desactivados. Este último muestra un mensaje en el que hablan de un mantenimiento. En él notifican a los empleados que las apps bancarias, el correo electrónico, los canales digitales y los autoservicios no estarán operativos debido a un problema tecnológico. De forma adicional, el documento interno indica que los clientes que usen los servicios automáticos deberán dirigirse a las ventanillas de los cajeros para ser atendidos durante el tiempo que dure esta situación. Sin duda, nos encontramos de nuevo ante un caso de ciberataque al sector financiero. El número de ataques que este sector está sufriendo es cada vez mayor, y en casos como este de una gravedad bastante elevada. Hace unos meses vimos un caso parecido con JPMorgan como protagonista.
El sector financiero, objetivo prioritario para la ciberdelincuencia
Debido a la gran cantidad de información y capital que manejan, las entidades financieras se han convertido en blanco de la ciberdelincuencia. Los ciberataques a bancos de gran relevancia no hacen sino aumentar con el paso de los días. Ante una situación así, urge tomar medidas que sirvan, como mínimo, para paliar las graves consecuencias que pueden causar estas prácticas. Frenar en seco los ciberataques es algo imposible en la actualidad, pero anticiparse a sus efectos no. Para ello, es necesario contar con medidas proactivas que sean capaces de evitar algunas de las consecuencias más graves. El banco no es el único que experimenta problemas, también los clientes que tiene contratados sus servicios; no poder acceder a su dinero es un problema que requiere solución inmediata. A fin de cuentas, un banco ofrece sus servicios al público general. y debe contar con cierto nivel de ciberseguridad.