Este mes quería compartir con vosotros una acción que han llevado a cabo mis compañeros de Londres, pero que nos habla de una realidad que podría ocurrir en cualquiera de nuestras ciudades. Se trata de la campaña de concienciación: “Real World Hack”. 

Un video, en formato de cámara oculta, donde se simula cómo sería un ciberataque a una microempresa (entre 1 y 9 empleados), si se produjera en la vida real. Las “victimas” los empleados de una tienda de bicicletas en pleno Covent Garden.                   

En el video podemos reconocer algunos de los ciberdelitos más comunes: el phising, que implica el robo de identidad de un negocio (aparece una tienda idéntica, en la misma calle, ante la sorpresa de los empleados); el robo de clientes y mercancías; o un cibersecuestro, en el que se exige un pago en menos de 24 horas para que la tienda pueda continuar con su actividad.

El objetivo ha sido advertir a este tipo de negocios cómo también pueden estar en el punto de mira de los hackers. Entre las conclusiones de nuestro reciente estudio, Hiscox Cyber Readiness Report 2019,  destacaba que casi 1 de cada 2 microempresas españolas afirma que sufrió un incidente cibernético en 2018: virus informático, ataque de ransomware y fraude los más habituales. Por su parte, compañías británicas (26%) y estadounidenses (35%) son las que menos incidentes reportan, mientras que el 55% de las microempresas holandesas, el 53% de las francesas, el 51% de las belgas y el 43% de las alemanas han sufrido algún ciberincidente en 2018.

Continuando con datos del estudio, y evaluando en este caso el proceso de detección y gestión del incidente: las microempresas españolas reconocen que en el 50% de las ocasiones pasaron más de 3 horas hasta descubrir que habían sufrido el incidente. Solo en el 19% de los casos el problema fue descubierto antes de que pasara una hora. En 3 de cada 10 incidentes (33%) la compañía no recuperó su actividad normal hasta pasadas 8 horas tras la detención, o sea una jornada laboral completa.

En España existen más de 1.100.000 de microempresas. Suponen el 40% de nuestro tejido empresarial si incluimos autónomos, pero el 96% si hablamos exclusivamente de empresas. Una fuente de riqueza y empleo absolutamente necesaria para nuestro país en la que no podemos permitir que se produzca una brecha de ciberpreparación.

La transformación digital de nuestras empresas conlleva un sinfín de posibilidades pero a su vez trae consigo nuevas amenazas. Directivos y empleados necesitan ser conscientes de este nuevo riesgo, para en el mejor de los casos poder evitarlos, y en el peor, poder al menos dar la voz de alarma cuando algo ocurra.