La compañía eléctrica Iberdrola ha sufrido un ciberataque el pasado 15 de marzo, que ha derivado en el acceso no autorizado y en el robo de los datos de más de 1,3 millones de clientes, entre los que se incluyen nombres y apellidos, documentos de identidad, teléfonos o correos electrónicos.
Pero no se trata de un caso aislado. El número de amenazas malware, phishing o ransomware con métodos «file» y «fileless» crece cada día, siendo cada vez más sofisticadas, perjudicando a instituciones u organizaciones, empresas o individuos.
Y es en este punto donde asegurar todos los accesos se convierte en un reto vital para todas las empresas. La estandarización del teletrabajo, la masificación de los servicios cloud o el uso creciente de los distintos dispositivos móviles, multiplican los puntos de acceso a la infraestructura informática de las empresas. Guillaume Pillon, responsable de Desarrollador de Negocio en WALLIX Ibérica, editor europeo de software que brinda soluciones de ciberseguridad y especialista en la protección de accesos e identidades afirma que:
“El delito cibernético se considera ya hoy la tercera economía más grande del mundo. En 2021, su coste mundial se estima en 6.000.000 millones de dólares y se estima en 10.500.000 millones de dólares de aquí a 2025. En este contexto actual es urgente que las empresas aseguren todos los accesos, no solo los de las cuentas privilegiadas. Y, además, dar acceso a los usuarios solo en el momento adecuado para la realización de una tarea concreta. Es decir, es importante dar control y visibilidad de los accesos de todos los empleados, para todas las sesiones, sobre todos los activos estratégicos de la empresa y en todos los terminales”.
