Establecer contraseñas seguras, configurar las opciones de privacidad, desconfiar de los links y evitar dar acceso a datos personales, las claves.
Check Point, señala que las redes sociales son un componente esencial en nuestro día a día, no sólo a nivel usuario, sino que las empresas también entienden la necesidad de estar presentes en internet para llegar al consumidor. No obstante, según un estudio de IAB Spain, un 85,5% de los internautas de 16 a 65 años utiliza redes sociales. Este dato, unido a la cantidad masiva de datos e información que los usuarios vuelcan en sus perfiles, hace que se hayan convertido en uno de los principales objetivos de los cibercriminales en los últimos tiempos.
De hecho, en los últimos meses hemos visto cómo se han producido el hackeo de las cuentas de WhatsApp de personajes conocidos como Albert Rivera y Belén Esteban, así como el hackeo de la cuenta de Twitter de varios ayuntamientos de España. “Es innegable que las redes sociales juegan un rol fundamental en nuestra vida por toda la información que contienen, todo lo que representan para los usuarios y las consecuencias que un ataque puede tener. Por este motivo, es imprescindible poner en prácticas estrategias básicas de seguridad para evitar ser víctimas de ciberataques y, por tanto, proteger nuestra privacidad”, señala Eusebio Nieva, director técnico de Check Point para España y Portugal.
Conscientes de este hecho, la compañía señala los puntos clave para estar protegidos en la red y evitar ataques contra los perfiles en redes sociales:
- Establecer contraseñas fuertes: Uno de los primeros niveles de seguridad consiste en crear una contraseña robusta que dificulte al cibercriminal la posibilidad de descifrarla. Para ello, es necesario dejar de lado nombres, fechas o palabras comunes. En su lugar, lo más recomendable es crear una contraseña única de ocho caracteres que combine letras (tanto mayúsculas como minúsculas), números y símbolos. Además, es fundamental evitar utilizar la misma contraseña para varios perfiles, así como compartirla con cualquier persona (incluso aunque sea de confianza) ni guardarla en el navegador, puesto que en caso de pérdida del dispositivo desde el que se accede al perfil, cualquier persona tendría la puerta abierta para entrar en la cuenta de otro usuario. “A pesar de ser un nivel básico de seguridad, es frecuente que no se preste la atención necesaria, por lo que sigue siendo uno de los puntos más débiles en materia de seguridad”, señala Eusebio Nieva.
- Configurar las opciones de privacidad: Además de la contraseña, que es un nivel primario, las redes sociales ofrecen sus propias medidas de seguridad, las cuales pueden configurarse a gusto del usuario. Sin embargo, es frecuente que los internautas apenas dediquen tiempo a esta práctica, o incluso la pasen por alto, por lo que no sacan todo el partido a las herramientas de protección que tienen a su disposición. Reducir el grado de visibilidad del perfil, o segmentar y limitar el acceso al contenido por parte del resto de usuarios son sólo algunas de las opciones disponibles y que ofrece una garantía de seguridad contra el robo de datos. Además, apenas se necesitan unos minutos para establecer estas opciones, por lo que su rapidez es otro punto que favorece e invita a llevar esta acción a cabo.
- Desconfía de los links: Descuentos, promociones, regalos…en las redes sociales circulan y se comparten millones de enlaces que nos llevan a otra página web fuera de la red social. Muchos de estos enlaces esconden malware, por lo que antes de hacer clic es imprescindible revisar el remitente y el propio enlace en busca de señales que indiquen que no es de fiar. En este sentido, un claro ejemplo viene dado por palabras mal escritas, ya sea por orden erróneo de las letras (Amaozn) o por cambiar una letra por otro símbolo (Amaz0n). Ante la menor duda, lo más recomendable es no pinchar en el link para evitar males mayores.
- Evitar dar acceso a otras apps: es muy probable que las redes sociales que tenemos instaladas en nuestro smartphone nos soliciten permiso para dar acceso a nuestros datos a alguna aplicación asociada. Un claro ejemplo de esto consiste en acceder a una web o servicio utilizando un perfil de Facebook, por ejemplo. Esto es algo muy peligroso, ya que muchas veces los cibercriminales se encuentran al acecho y suplantan una web para hacerse con nuestros datos de una forma sencilla y rápida. Por tanto, antes de autorizar el acceso y uso de nuestra información, es imprescindible leer detenidamente los términos y condiciones de uso.