Un estudio ha señalado los riesgos y las implicaciones de la Realidad Virtual, identificando que “se puede conseguir cambiar la imagen de la humanidad, el entendimiento de nociones profundas como la experiencia consciente, la individualidad, la autenticidad o la propia realidad o la propia noción del individuo sobre sí mismo”.
Susana González, Directora de Hiberbus LegalTech & CyberSec en Hiberus Tecnologías de la Información, estuvo presente en la segunda edición de Robotiuris 2017, organizado por FIDE que reunió profesionales y científicos, del más alto nivel. Allí explicó las ventajas e implicaciones legales de la Realidad Virtual y Ciberrealidad.
González realizó un recorrido de los usos populares de la Realidad Virtual como en la medicina, en la educación, en la industria del entretenimiento, en los videojuegos y sobretodo en el comercio electrónico; destacando sus ventajas en la mejora de la experiencia del usuario, en la ayuda de intervenciones quirúrgicas, permitiendo disminuir los riesgos durante las operaciones y también en la formación de los cirujanos quiénes pueden practicar virtualmente procedimientos antes de la realidad y finalmente, en el rendimiento de los Ecommerce a través de tiendas on line con características más tangibles y visuales para los usuarios.
Un estudio elaborado por la Universidad Johannes Gutenberg de Mangucia en Alemania, ha señalado los riesgos y las implicaciones de la Realidad Virtual, identificando que “se puede conseguir cambiar la imagen de la humanidad, el entendimiento de nociones profundas como la experiencia consciente, la individualidad, la autenticidad o la propia realidad o la propia noción del individuo sobre sí mismo”. La exposición prolongada produce un impacto duradero en el individuo, “como cambios psicológicos y enfermedades mentales e incluso la inducción para la realización de actos delictivos, o también podrá ser objeto de manipulaciones con el fin de generar estados mentales deseables y disposiciones de comportamiento en los sujetos”.
Otro aspecto importante es que la RV también puede ser manipulada para crear en los usuarios un control total de sus decisiones, al tiempo que puede alterar sus ideas sociales, políticas y religiosas ante resultados de la llamada “alucinación social” que, aunque sea con base a actuaciones poco éticas, insultantes o delictivas, consigan aportar al sujeto cierta popularidad. Este concepto viene muy unido a la posverdad de la RV con base a la “construcción de una realidad alternativa, un escenario en el que no importan la verdad o la mentira, pues todo se vuelve relativo”.
La mala praxis por parte de las compañías que utilicen estos diseños puede conllevar la responsabilidad de delitos contra la integridad moral de los trabajadores, contra el libre ejercicio de los derechos fundamentales y las libertades públicas; y violación a la autonomía e identidad de las personas pues aparentemente puede manipular a los individuos influyendo en sus decisiones, opiniones y en la percepción de la realidad.
En los nuevos desarrollos de tratamiento de datos personales y el uso para sus nuevas finalidades pero para que la experiencia del usuario pueda ser realmente auténtica debe contar con el consentimiento de las personas recreadas, para ello las empresas deberán garantizar un tratamiento confidencial de cualquier tipo de información que pueda usarse para identificar a los sujetos, en los que pueda implicar la eliminación de información, por ejemplo Google utiliza los datos recogidos por sus coches de Street View y Maps para recrear en realidad virtual algunas zonas de ciudades, interiores de edificios singulares y monumentos, museos, etc. Por este caso, ya se ha multado a Google previamente por mostrar a personas identificables en las calles en Street View (tanto de manera individual como a través de sus matrículas). Por estos motivos, una representación demasiado real del interior de esos edificios y de las personas que en ellos puedan salir podría ir en contra a su derecho a la privacidad e intimidad.
Generando experiencias reales en el eCommerce
Hoy en día el cliente demanda servicios cómodos, pagos a un sólo clic, ofertas hiper-personalizadas, entregas casi inmediatas y ajustadas a sus horarios. Ya no queremos solamente comprar cosas, queremos vivir una experiencia de compra, que las marcas cuenten una historia y se adapten al máximo a lo personalizado, sin embargo esta situación puede generar el riesgo del delito de estafa masiva.