Aunque llevamos muchos años hablando de ciberbulos, la crisis sanitaria ha multiplicado el número de casos y por ende sus efectos. Como siempre, la política no es ajena a los ciberbulos…
Cuando un usuario comparte un mensaje que le ha llegado por WhatsApp y en el que aparece el símbolo de mensaje reenviado, quizás no se para a pensar en ningún momento el fondo de dicho mensaje. ¿Quién lo ha creado? ¿Cuándo? ¿Cuál es su fin? ¿Será verdad? ¿Puedo contrastar la información en una fuente oficial?.
Quizás son muchos pasos para el usuario ante una situación que es casi impulsiva. Y es que los ciberbulos están diseñados para mover las emociones y empatizar rápidamente con los usuarios, dejando poco margen al racionamiento. Por tanto, los pasos que todos debemos de seguir antes de compartir un mensaje de este tipo, nos los saltamos. Y es entonces cuando el usuario se convierte en un granito más de arena en una montaña que va sumando miles y miles de granitos cada segundo. De todas partes del mundo…y el daño se produce.
Antes de la crisis sanitaria del coronavirus se hablaba de los bulos pero parece que a raíz de ella, tanto los bulos como sus efectos se están incrementando y es por ello por lo que todos, incluidas las autoridades, medios generalistas, televisiones…están haciendo incapié en la difusión de los bulos. Y paso a paso, vamos consiguiendo, entrando a la población para que ante una situación así, se pare a razonar al menos unos instantes. Y puede que entonces llegue el día en el que seamos inmunes a los ciberbulos o al menos la mayoría de la población.
Como decimos, casos de ciberbulos hay cientos o miles cada día a nivel global y llevamos mucho hablando de ellos. Por citar un ejemplo reciente y en nuestro país, se extendió un bulo en diferentes redes sociales que indicaba que WhatsApp había acordado con el gobierno de España el limitar el reenvío de mensajes, según indican desde el diario ADSL Zone. Fue entonces cuando otros usuarios de otros partidos políticos comenzaron a criticar dicha medida e indicando la necesidad de trasladarse a otra red de mensajería instantánea como Telegram. En otras ocasiones ya hemos comentado las redes de mensajería instantáneas más seguras como alternativa a WhatsApp pero en este caso el fondo del mensaje era un bulo y es que la la verdad era que WhatsApp había implementado esta medida (no solo en España) para precisamente luchar contra los bulos.
Esta situación provocó en unos instantes la huída masiva de usuarios de una red a otra.
Queda claro el poder que tienen los bulos y cómo son aprovechados. Es por ello por lo que incidimos de nuevo en la necesidad de formación y concienciación para que cualquier usuario llegue a completar los pasos de razonamiento lógico ante un mensaje antes de compartir. Y no lo olvides, en caso de duda: no compartas.