Como el primer jueves de mayo de todos los años, hoy es el día de la contraseña

Las contraseñas se han convertido en algo esencial en nuestras vidas, en un mundo en el que vivimos hiperconectados y en la era digital en la que nos hallamos inmersos, todos nuestros dispositivos se encuentran interconectados. Asimismo, la mayor parte de nuestra información personal y sensible se encuentra en ellos o en servicios en la Red,  y es que hoy en día se lo confiamos todos al mundo que hay detrás de las pantallas de nuestros ordenadores, móviles o tablets. Por este motivo, es imprescindible contar con contraseñas robustas que impidan a cualquiera acceder a dichos datos.

Este Día Mundial de la Contraseña se celebra desde hace varios años, su objetivo principal es concienciar a todos los cibernautas sobre su importancia, y a entender que son la llave de entrada hacia nuestra información confidencial.

El inventor de esta sencilla, pero tan necesaria, clave de seguridad fue el doctor en física Fernando Corbató. Este pionero informático de California, hijo de un emigrante español, conocido como el padre de la contraseña, desarrolló toda su carrera en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), en Estados Unidos. Pero antes estudió en el campus de la Universidad de California en Los Ángeles y, en medio de la Segunda Guerra Mundial, fue reclutado por la Marina estadounidense como técnico de electrónica.

En 1950 se incorporó al MIT para estudiar un doctorado en física, y fue ahí donde desarrolló su trabajo para que un ordenador pudiera ser compartido por varios usuarios. La mayor frustración de los años 50 a la hora de utilizar un ordenador era que estas máquinas, por aquel entonces enormes, solo podían manejar un trabajo de procesamiento a la vez. Además, el uso de los ordenadores se hacía por turnos, por lo que los investigadores tenían que esperar al día siguiente para poder acceder a los resultados de sus operaciones.

Corbató, buscando una solución para estos problemas de mono funcionalidad, desarrolló un sistema operativo para ordenadores llamado «Compatible Time-Sharing System» (CTSS, Sistema para compatibilizar usuarios encompartimiento de tiempo), que permitía a distintos usuarios en diferentes localizaciones acceder a un mismo ordenador a través de la línea telefónica. De esta manera, la capacidad de procesamiento se dividía en pequeñas porciones, y varias personas podían utilizar la maquina a la vez para hacer diferentes cálculos.

Las contraseñas se introdujeron en el CTTS como una forma para que los usuarios ocultaran a los otros usuarios los archivos y los programas que estaban utilizando, y así pudieran tener su propia información privada.

Hablamos con María José Álvarez Molares

Periodista, informática, y redactora CEO en uncomo.com. Charlamos sobre cómo los usuarios gestionamos las contraseñas, cuáles son los fallos más comunes y qué se puede mejorar.

María José considera que la acción de crear una contraseña robusta recibe la importancia necesaria por parte de los usuarios, «Considero que sí, que, en general, los ciudadanos somos conscientes de lo importante que es tener contraseñas que no sean fáciles de romper. Hoy en día, cuando gran parte de nuestras relaciones profesionales y personales implican acciones a través de Internet, es básico que tengamos contraseñas complejas. Como estamos viendo con lo que está sucediendo con la pandemia del Covid-19, cada día nuestras relaciones serán más a nivel telemático, por lo que debemos protegernos ante los posibles riesgos que eso supone. En este sentido, quizá deberían ser necesarias acciones de las administraciones públicas dirigidas a colectivos más vulnerables, como pueden ser los niños y adolescentes, acerca de la necesidad de proteger sus datos online, especialmente, los de tipo personal».

El mundo digital de hoy se sustenta en contraseñas. Tanto es así que cada vez nos esforzamos más para que éstas sean más seguras, tanto que a veces ni las recordamos, o que llegamos a confundirlas. Ante este problema surgen los fallos más frecuentes en los que los cibernautas tropiezan a la hora de crear nuevas contraseñas. «Echar mano de nuestra fecha de nacimiento, la de nuestros hijos …, secuencias de números muy evidentes, que coincidan el nombre de usuario y la contraseña, usar la misma para toda las cuentas, no renovarla con cierta frecuencia, dársela a un amigo…», y añade María José que «son cosas que nunca debemos hacer si queremos ahorrarnos disgustos».

Por otro lado, los usuarios de manera personal no deberían tener un gran cargo de responsabilidad en este aspecto, así lo explica María José: «Sinceramente, creo que debemos ser los profesionales los que nos preocupemos por esto. Un usuario no tiene que estar al tanto estos asuntos. Quiero decir que a la hora de crear un acceso a una web, por ejemplo, el informático debe hacerlo de tal modo que sea obligado que las contraseñas combinen números y caracteres, mayúsculas y minúsculas, que tengan una determinada longitud, etc. En fin, se trata de ponérselo lo más difícil posible a los hackers y conseguir que la Red sea realmente segura para los no entendidos.»

Aun así, debemos recordar los tips básicos para evitar que cualquiera pueda acceder a nuestras redes o cuentas de usuario, indiferentemente de que sea un ciberdelincuente o un familiar. María José aconseja, «siempre tener en cuenta de se deben renovar con frecuencia y que los hackers siempre van un paso por delante, así que hay que estar atentos a todas las novedades. Ahora mismo, recomiendo usar tanto mayúsculas como minúsculas, números, letras y caracteres, que la clave sea lo más extensa que nos permita el entorno, no guardarlas en un archivo que esté en la nube y nunca compartirla con nadie.»

Por su trabajo pionero en sistemas de tiempo compartido, Corbató recibió en 1990 el AM Turing Award, una de las más altas consideraciones destinada a los científicos de la computación. Falleció el 12 de julio de 2019 a los 93 años de edad.

Aunque cuando Corbató ideó la contraseña, la seguridad no era un problema tan grande como actualmente, sin su investigación nuestro mundo hoy en día sería completamente diferente. Pues hoy la historia es diferente, casi todo está online. Desde el banco y las compras, hasta la televisión, el cine y la música. Por estos motivos, en el Día Internacional de la Contraseña queremos recordar la importancia de crear contraseñas seguras, fuertes y robustas. ¿Y tu, dispones de contraseñas de calidad?

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