La huella digital puede ser usada por los ciberdelincuentes para dañar la privacidad y la reputación de los usuarios
La huella digital es la huella que dejamos en línea a través de nuestras actividades en internet, que van desde la información que compartimos conscientemente hasta los detalles menos evidentes. Cada vez que usamos el teclado para escribir, hacemos una compra en línea, vemos un video o publicamos en las redes sociales, nuestra huella digital crece y acumula más datos que pueden afectar nuestra privacidad, seguridad y finanzas.
Actualmente, hay 5.16 mil millones de usuarios de internet en todo el mundo, lo que equivale aproximadamente al 64% de la población con una huella digital única, independientemente del tiempo que pasen en línea, las aplicaciones que descarguen y las plataformas de redes sociales que usen.
Con la llegada de las redes sociales esta huella digital no ha hecho sino incrementarse. El último informe global sobre el comportamiento en las redes sociales, “Digital 2023 Global Overview Report”, muestra que el uso de las redes sociales creció un 3% en 2022, con 4.76 mil millones de usuarios activos (el 60% de la población global), que ahora pasan más de dos horas y media al día navegando en estas plataformas.
Según los investigadores, un adulto comparte de media voluntariamente 276 publicaciones en Instagram, 170 en Facebook y 141 tuits cada año, lo que equivale a una huella digital activa que contiene 9,828 fotos, 10,811 publicaciones en redes sociales y 126 direcciones de correo electrónico durante toda su vida.
Teniendo estos datos en cuenta no podemos olvidar que los ciberdelincuentes también tienen como objetivo las huellas digitales que dejamos en internet. El exceso de información que compartimos puede ser usado por los atacantes para obtener beneficios. La huella digital en manos de ciberdelincuentes puede suponer:
- Pérdida de privacidad: Cada vez que se comparte información en línea, se corre el riesgo de que esta información sea recopilada y utilizada por terceros para diversos fines, incluyendo publicidad personalizada, fraude y suplantación de identidad.
- Robo de identidad: Si un delincuente obtiene acceso a la información personal de alguien, como su nombre, dirección y número de seguro social, puede utilizar esa información para cometer fraude y robar la identidad de esa persona.
- Ciberacoso: Los usuarios pueden ser objeto de acoso en línea, como el hostigamiento y la intimidación a través de las redes sociales.
- Daño a la reputación en línea: Las publicaciones en las redes sociales pueden ser vistas por cualquier persona, lo que significa que una publicación inapropiada o comprometida puede dañar la reputación de una persona.
- Pérdidas económicas. Si la información de tarjetas bancarias del usuario se ve comprometida, puede ser utilizada por terceros para cometer fraude y estafas en línea.
