Un primer estudio de videos de Deepfakes revela su impacto en los medios de comunicación y esboza implicaciones para las empresas de redes sociales, organizaciones de medios de comunicación y gobiernos.
Los Deepfakes, material audiovisual manipulado artificialmente, se han convertido en una preocupación creciente en la era de la información. Un estudio realizado por investigadores de University College Cork (UCC) ha arrojado luz sobre cómo estos Deepfakes afectaron la percepción de los eventos en el contexto de la guerra ruso-ucraniana y sus implicaciones para la sociedad y los medios de comunicación.
Los Deepfakes se producen mediante la construcción de un falso rostro generado por Inteligencia Artificial, que se fusiona con un video auténtico, creando así un video que representa un evento que nunca ocurrió. A pesar de ser falsos, a menudo son convincentes y se utilizan para imitar a personas reales.
Durante el conflicto ruso-ucraniano, los investigadores de la UCC analizaron cerca de 5.000 tuits en Twitter en los primeros siete meses de 2022 para explorar cómo las personas reaccionaban a los Deepfakes en línea. El estudio reveló que la proliferación de Deepfakes socavó la confianza de los usuarios en las imágenes provenientes del conflicto, llegando al punto en que dudaban de la autenticidad de cualquier grabación relacionada con la guerra.
En el estudio, se destacaron ejemplos de Deepfakes utilizados en la guerra, incluyendo videos que mostraban al presidente ruso Vladimir Putin anunciando la paz con Ucrania y el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky rindiéndose, además del uso de imágenes de videojuegos como evidencia del piloto de mitos urbanos «El fantasma de Kiev.»
Además, el estudio encontró que la falta de alfabetización en Deepfakes llevó a malentendidos significativos sobre lo que constituye un Deepfake, lo que subraya la necesidad de promover la alfabetización en estas nuevas formas de medios de comunicación. Sin embargo, los esfuerzos para crear conciencia sobre los Deepfakes también pueden socavar la confianza en los videos legítimos.
El estudio reveló evidencia de teorías de conspiración en línea que incorporan Deepfakes, lo que subraya la complejidad de este problema. La falta de comprensión y la proliferación de Deepfakes plantean desafíos tanto para los medios de comunicación como para las agencias gubernamentales, que deben sopesar los beneficios de la educación sobre Deepfakes y las precauciones contra los riesgos de socavar la verdad.
Los investigadores argumentan que la cobertura de noticias debe centrarse en educar a la población sobre lo que son los Deepfakes, sus capacidades actuales y futuras, y cómo identificarlos. Con la prevalencia de Deepfakes en línea, esto se ha convertido en un desafío esencial para las empresas de medios de comunicación, que deben ser cuidadosas en cómo etiquetan los posibles Deepfakes para evitar sembrar dudas sobre la autenticidad de los medios reales.
El estudio, dirigido por el investigador de la Escuela de Psicología Aplicada de UCC, John Twomey, arroja luz sobre las preocupaciones y desafíos que plantean los Deepfakes en el contexto de la guerra y la información digital actual. Esta investigación es parte de un esfuerzo más amplio de la UCC para examinar el impacto psicológico de los Deepfakes y ha sido financiada por Science Foundation Ireland a través de LERO, el Centro de Investigación para el Software de la Fundación de Ciencias de Irlanda.