Las organizaciones dependen más que nunca de los datos, y las aplicaciones basadas en la web ya son de misión crítica. Dell Technologies detalla las tres áreas clave de una estrategia de seguridad exitosa:
- Reducción de la superficie de ataque
- Detección y respuesta a las amenazas cibernéticas
- Recuperación tras un ciberataque
1. Reducción de la superficie de ataque
La superficie de ataque representa posibles vulnerabilidades y puntos de entrada que los actores malintencionados pueden aprovechar. Para mejorar la seguridad, las organizaciones deben minimizar la superficie de ataque en todas las ubicaciones, incluidos el edge, el core y la nube. Esto implica la implementación de medidas preventivas que incluyen:
- Marco Zero Trust: Zero Trust es un modelo de seguridad centrado en la creencia de que las organizaciones no deben confiarse ni dentro ni fuera del perímetro y, en cambio, deben verificar todo lo que intenta conectarse a sus sistemas antes de otorgar acceso. Se puede lograr un modelo Zero Trust incorporando soluciones como la microsegmentación, la gestión de identidades y accesos (IAM), la autenticación multifactor (MFA) y el análisis de seguridad.
- Aislamiento de datos: Segregar los datos en entornos, contenedores o unidades de almacenamiento separados puede minimizar el riesgo asociado con el acceso no autorizado, las brechas de datos u otras formas de ciberataques.
- Controles de acceso estrictos: regula quién o qué puede ver, usar o manipular recursos dentro de un entorno informático. Los estrictos controles de acceso son la piedra angular de una sólida estrategia de ciberseguridad, ya que sirven como primera línea de defensa contra el acceso no autorizado y las posibles infracciones.
- Aplicación de parches a sistemas y aplicaciones: Corrección de vulnerabilidades conocidas que los atacantes podrían aprovechar para obtener acceso no autorizado o comprometer el sistema. No aplicar los parches de manera oportuna deja a una organización expuesta a riesgos.
- Educación y concienciación de los usuarios: Formar a los empleados y usuarios para que reconozcan y denuncien las posibles amenazas a la seguridad, los intentos de phishing y las tácticas de ingeniería social ayudan a minimizar el riesgo de ataques exitosos que aprovechan las vulnerabilidades humanas.
Además, las organizaciones deben realizar evaluaciones exhaustivas de vulnerabilidad y pruebas de penetración para identificar y abordar posibles debilidades. Las tecnologías avanzadas de detección de amenazas que incluyen algoritmos de inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático (ML) son vitales para responder de forma proactiva y oportuna a las amenazas en evolución. La reducción de la superficie de ataque permite a las organizaciones mitigar las posibles vías de ciberataques.
2. Detección y respuesta a las amenazas cibernéticas
Para mantener una postura de seguridad sólida, es fundamental detectar y responder a las amenazas. Las organizaciones deben utilizar tecnologías y metodologías avanzadas de detección de amenazas para identificar y responder a las amenazas conocidas y desconocidas. Esto incluye:
- Sistemas de detección y prevención de intrusiones (IDS): Proporcionan supervisión y alertas en tiempo real para actividades sospechosas que podrían indicar una brecha de seguridad o un acceso no autorizado. Al identificar estas anomalías de forma temprana, IDS permite a las organizaciones tomar medidas inmediatas, minimizando los daños potenciales y mejorando su postura de seguridad general.
- Detección de anomalías: identifique patrones inusuales que se desvíen de las normas establecidas, lo que indica una posible actividad maliciosa. Detectar estas anomalías rápidamente puede evitar violaciones de datos, accesos no autorizados y otras amenazas de seguridad. El uso de algoritmos de IA y ML puede ayudar a acelerar la detección de amenazas.
- Monitorización del tráfico de red en tiempo real: obtenga visibilidad inmediata de la actividad de la red, para lograr una detección rápida de comportamientos inusuales o maliciosos. Esto permite a las organizaciones responder a las amenazas de manera oportuna, lo que reduce el riesgo de violaciones de datos y vulnerabilidades del sistema.
3. Recuperarse tras un ciberataque
Las organizaciones también deben contar con capacidades que proporcionen resiliencia y probarlas con frecuencia para recuperarse de un ciberataque. Una recuperación eficaz requiere un plan de respuesta a incidentes bien definido. Las organizaciones deben llevar a cabo:
- Programa de Respuesta y Recuperación de Incidentes (IRR): Establezca protocolos de respuesta a incidentes que describan las funciones, responsabilidades y actividades en caso de que ocurra un ataque. Un plan de IRR probado y bien preparado propicia una buena comunicación y coordinación entre los equipos internos, los servicios profesionales y los partners, además de ayudar a cumplir con los SLA de tiempo de actividad del negocio.
- Protección de datos: Las copias de seguridad periódicas de los datos y sistemas críticos, junto con las soluciones de almacenamiento externo inmutables, aisladas y/o seguras y el cifrado de datos, pueden garantizar una rápida recuperación de los datos.