En 2010 Estados Unidos empezó a considerar el ciberespacio como una prioridad estratégica para la seguridad nacional
En los últimos diez años Estados Unidos ha avanzado notablemente en materia de ciberseguridad, integrando a los actores públicos y privados del país con un triple objetivo: incrementar la seguridad, la protección y la resiliencia de su entramado social frente a cualquier posible ciberataque. Además de mantener el liderazgo estratégico americano en el ciberespacio y consolidar un mercado en expansión para generar un mayor volumen de negocio a nivel global.
Desde la presidencia de Barack Obama la ciberprotección pasó a ser una cuestión prioritaria. Para ello, durante esta última década se ha incrementado la colaboración entre departamentos gubernamentales, como la Justicia, el Comercio, o la Agencia Nacional de Seguridad. Asimismo, en 2013 se desarrolló una nueva Orden Ejecutiva: Improving Critival Infrastructure Cubersecurity, para reforzar la concienciación, capacitación y trasvase de información. En este nuevo marco se exponía que las ciberamenazas sobre las infraestructuras críticas constituye uno de los principales retos que debe afrontar el país en cuanto a la seguridad nacional, con el objetivo de reforzar la seguridad y resiliencia frente a cualquier ciberataque.
Para poder garantizar este nuevo marco de ciberseguridad, Washington ha calificado de imprescindible optar con la colaboración de empresas aseguradoras. Para así obtener la provisión de pólizas susceptibles de cubrir toda la gama de ciberriesgos que se ciernen sobre las empresas estadounidenses. Las empresas de seguros adquieren un papel central en la armonización, homogeneización y mejora de las cibercapacidades de este sector.
Los ciberseguros mejoran la seguridad de las empresas del país, tanto para trabajadores, proveedores o clientes, por diferentes razones. En primer lugar, pueden proporcionar información acerca del estado de madurez de las empresas, los principales vectores de ataque, las mayores vulnerabilidades, el nivel de resiliencia, las prácticas corporativas o la tipología de incidentes. En segundo lugar, ayuda a que la infraestructura crítica gestione eficazmente las responsabilidades legales y financieras derivadas de los ciberataques. Y se encargan de evaluar si tienen las prácticas de seguridad necesarias para participar en el marco de ciberseguridad.
Sin olvidar la centralidad que poseen los ciberseguros para la promoción, adopción y consolidación de este marco de ciberseguridad. Los objetivos de la Casa Blanca en cuanto a la gestión de las ciberpólizas son: fortalecer las relaciones entre la administración federal, las infraestructuras críticas y las compañías aseguradoras para afianzar el marco de colaboración que permita la apuesta en común de información sobre ciberincidentes, mejore la ciberconcienciación de las empresas, desarrolle un modelo de buenas prácticas y garantice la consolidación de un mercado de ciberseguros maduro y competitivo a nivel global.
En definitiva, Estados Unidos considera los ciberseguros como una pieza fundamental para poder adoptar este nuevo marco de ciberseguridad. Y así poder reforzar, armonizar y homologar las cibercapacidades de las infraestructuras críticas del país.
Si quieres saber más sobre ciberseguros no puedes faltar el próximo 18 de junio a nuestro evento que se celebra de manera abierta y gratuita, el primer congreso nacional del ciberseguro, un congreso presentado por CyberSecurity News y que abordará el presente y futuro de un producto que se prevé prioritario para las empresas de todo el mundo: los ciberseguros.
