Un ciberataque expone los datos personales de un pueblo suizo, tales como nombres, dirección e incluso afiliación religiosa

Un ciberataque de tipo ransomware tiene como objetivo, principalmente, robar toda clase de información almacenada en un servidor. A lo largo de estas últimas semana hemos visto muchos de esta índole; la consultora Accenture, la compañía de software Kaseya, o la teleco T-Mobile son algunos ejemplos. Lamentablemente, estos ciberataques no distinguen entre grandes empresas, pequeñas empresas e, incluso, administraciones de pueblos pequeños. Pueblos como por ejemplo Rolle, situado en el cantón de Vaud (Suiza), quien ha sido víctima de un ataque cibernético que, en un principio, parecía banal. Esta pequeña localidad, de unos 5.400 habitantes, ha visto cómo un ataque ransomware dejó expuesta información almacenada en algunos servidores administrativos. Información, según hemos sabido, personal y extraordinariamente sensible. Un ciberataque expone los datos personales de un pueblo suizo.

El ataque ransomware se llevó a cabo el pasado mes de mayo, pero no ha sido reconocido por el gobierno municipal hasta hace poco. En un principio, el gobierno dijo que solo había afectado a una pequeña cantidad de datos, y que gracias a un back-up se pudieron recuperar. No obstante, una investigación llevada a cabo por el periódico Le Temps y publicada recientemente, demuestra que el ciberataque no fue tan banal como parecía. El ataque cibernético fue masivo, algo que el gobierno municipal ha admitido, comentando además que lo habían subestimado. No se puede tomar a la ligera un ciberataque, sobre todo si éste es capaz de reventar tus defensas en poco más de media hora. Ese fue el tiempo que tardaron en acceder a miles de documentos municipales de Rolle. En su defensa, pueden decir que la falta de conocimientos ha sido un hándicap.

La información filtrada contiene datos de los habitantes de Rolle

Por desgracia, esa falta de conocimientos en ciberseguridad le ha salido cara al ayuntamiento de Rolle. La información que se ha filtrado, según revela el periódico Le Temps, incluye datos como: nombres, direcciones, fechas de nacimientos, números de identidad o permisos de residencia. Lo peor es que hablamos de datos pertenecientes a los habitantes de todo el pueblo. Tan grave es la filtración que en los datos, en algunos casos, aparece hasta la afiliación religiosa. Este ciberataque ha provocado que el consistorio tome medidas reactivas y haya creado un grupo de trabajo para revertir la situación. Otra prueba fehaciente que demuestra que nadie está seguro en estos días. Los ciberataques se han convertido en un mal endémico que hay que combatir.