Las empresas ya le han visto las orejas al lobo (o mejor dicho a los ciberdelincuentes) y aumentan su inversión para potenciar la ciberseguridad

Hace unos años, hablar de ciberseguridad era de hacerlo de un concepto que muy pocos conocían o entendían. Es más, apostaríamos que al hacerlo alguno miraría raro a su interlocutor… Todo concepto nuevo necesita un tiempo para asentarse, darse a conocer y, si todo va bien, extenderse para pasar de ser un desconocido a un amigo. En la actualidad, podemos decir sin miedo que la ciberseguridad es una amiga. Una amiga que nos protege de una de las mayores lacras de estos últimos tiempos: la ciberdelincuencia. De todos es sabido que el número de ciberataques está aumentando tanto en número como en gravedad; este hecho ha puesto en alerta a todos los sectores empresariales, quienes buscan soluciones inmediatas para paliar sus efectos. La ciberseguridad pasa de reserva a titular indiscutible.

Conseguir un 100% de efectividad es prácticamente imposible (el avance de la tecnología es algo que todos aprovechan), pero no hacer nada ante estos problemas es peor. Cada vez es más complicado hacer frente a la ciberdelincuencia, sobre todo a aquella que va destinada a generar el caos dentro de los servicios de un país. La osadía de los ciberdelincuentes aumenta sabedores de que, si saben lo que hacen, pillarlos se antoja una tarea complicada. Los países y empresas, preocupados por la situación, aumentan las inversiones en ciberseguridad con el fin de paliar los efectos de los ciberataques. Ha sido, es y será una lucha encarnizada; una lucha que nadie sabe hasta cuándo durará.

Las empresas empiezan a moverse

2020 ha sido un año para olvidar en muchos aspectos de la vida cotidiana y laboral. La pandemia de COVID-19 ha sido un mazazo que nadie esperaba, trastocando gravemente nuestra forma de vida. Lamentablemente, además de traer muertes, restricciones, millones de contagios y más, esta pandemia, más que traer, ha dado alas a los ciberataques. El año pasado vimos un aumento enorme de ataques ransomware, phishing, malware, fraudes y otros que han causado daños cuantiosos. No hablamos solo de dinero, sino también de puestos de trabajo. Un ciberataque puede ser causante de muchos males, pero el peor de todos es el que pone fin a las actividades de una empresa. Años de trabajo, de inversión o de búsqueda personal pueden irse al garete solo por un ciberataque y no contar las defensas adecuadas.

No es ficción, es realidad. Por ello, es normal que las empresas estén empezando a moverse y buscar soluciones rápidas. Una de esas soluciones está siendo la compra de empresas más pequeñas y expertas en ciberseguridad. En los últimos meses hemos visto varios movimientos relacionados con la adquisición de este tipo de compañías por parte de grandes multinacionales. Crear tu propia red de ciberseguridad, además de dinero, requiere cierto tiempo para tener todo el tinglado en funcionamiento. Hoy en día, el tiempo es oro y perderlo puede suponer el ser víctima de un ciberataque. Por ello, la solución más rápida es hacerse con los servicios de una empresa ya establecida y en pleno funcionamiento. No es una práctica ilegal, y podemos verla en otros entornos de negocio. La ciberseguridad pasa de reserva a titular indiscutible.

Microsoft se hace con los servicios de RiskQ

2021 sigue la misma tónica que el año anterior. El primer semestre ha sido especialmente preocupante; ciberataque al Oleoducto Colonial; ciberataque sufrido por Kaseya que ha afectado a miles de clientes; en España los ciberataques al SEPE y al Ministerio de Trabajo… Ante esta tesitura, no buscar soluciones es arriesgarse en exceso. Una de las grandes compañías que ha ejecutado un movimiento de esta índole recientemente ha sido Microsoft. El gigante de Redmond anunció a mediados de mes la adquisición de RiskQ, empresa de ciberseguridad que se encargará de defender los servicios en la nube. El montante total de la operación se ha saldado con un pago de 500 millones de dólares, según información publicada por Bloomberg en su momento. La compañía que fundó Bill Gates hace casi 50 años es uno de los grandes objetivos debido a un volumen de ingresos.

Telefónica adquiere a Cancom como refuerzo

Las compañías españolas están siguiendo estelas muy parecidas a las extranjeras. Hace relativamente poco, Telefónica ha anunciado la adquisición de una compañía británica experta en ciberseguridad en la nube. Dicha compañía se llama Cancom, y por ella se ha hecho un desembolso de 190 millones de euros. Con este importante movimiento, la multinacional española refuerza su posición en el ámbito de la ciberseguridad. Al ser una compañía destinada a las telecomunicaciones, contar con las ciberdefensas necesarias se antoja primordial para el buen curso de sus actividades. Las campañas de fraude telefónico, el phishing, mensajes con malware y otras prácticas ilegales son cada vez más comunes; levantar un muro de contención por parte de la compañía para proteger a sus clientes es algo de obligado cumplimiento. Por supuesto, también para autoprotección.

Deloitte compra a Terbium Labs, compañía antifraude en línea

Peligros en las redes los hay a pares, siendo uno de los que más crecimiento está viendo el fraude en línea. En junio, una de las consultoras/auditoras más importantes del planeta, anuncio la adquisición de una compañía experta en antifraude. Hablamos de Deloitte, una de las «Cuatro Grandes Auditorías» y fundada en el año 1845. La compañía hizo público la compra de Terbium Labs, un movimiento del que no trascendió la cantidad pagada. Solo se supo que Deloitte se hizo prácticamente con el control absoluto de los activos de Terbium Labs. Como mínimo, hablamos del 51% de las acciones de la empresa. Con esta compra, la consultora/auditora ha implementado a sus bienes, por ejemplo, a Matchlight, una plataforma de riesgo basada en la nube que posee capacidades integradas de huellas de datos digitales. Cualquier medida es buena para protegerse en la actualidad.

Movimientos a nivel nacional

Si las empresas ya están movilizando sus , los países no están siendo menos. Durante estos últimos meses hemos visto numerosas iniciativas puestas en marcha por los gobiernos para intentar paliar los efectos de los ciberataques. En Estados Unidos, por ejemplo, la Administración Biden-Harris tiene previsto celebrar una cumbre con líderes del sector privado empresarial para estudiar cómo hacer frente a este mal. En España, el INCIBE ha puesto en marcha varios proyectos, tanto de ayudas como de formación, para que las empresas (PYMES entre ellas) tengan claro cómo se debe actuar ante las situaciones de ciberataque que aparezcan. Si todo lo propuesto acaba siendo efectivo o no, es algo que veremos con el tiempo. Lo positivo es que, al menos, se están haciendo cosas para evitar la ciberdelincuencia. La ciberseguridad pasa de reserva a titular indiscutible.

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