Preparación militar y ciberseguridad en la era de los drones y la IA

La volatilidad geopolítica genera un aumento en los presupuestos de defensa para garantizar la preparación. De hecho, España dedica el 1,01% del PIB a defensa, algo más de 13.000 millones de euros, y tendrá que ampliar esa cantidad por encima de los 20.000 millones.

En esta línea desde IFS, empresa global de software empresarial en la nube, destacan un importante desafío subyacente que marcará la agenda 2024 para la agenda.

“Muchos proveedores de A&D que producen equipos especializados y complejos tienen dificultades para adaptarse rápidamente a una demanda cambiante. Dado que muchos proveedores también operan en el sector comercial de aeroespacio y defensa, existe el riesgo de efectos indirectos que puede dejar a los fabricantes OEM de defensa sin recursos críticos para sus operaciones” explica Gonzalo Valle, presales manager de IFS. 

Con todo ello, desde la compañía identifican cuatro áreas clave a las que irá destinado este aumento de la inversión. 

El espectro cada vez más amplio de conflictos exige que las fuerzas militares mejoren

La creciente diversidad de conflictos en el mundo está llevando a las fuerzas militares a mejorar su preparación a través de una estrategia llamada Total Asset Readiness®. Los conflictos recientes, desde guerras tradicionales hasta enfrentamientos asimétricos, están obligando a los departamentos de defensa a estar listos para una gama más amplia de situaciones, desde desastres naturales hasta guerras a gran escala.

Un ensayo de Global Security Review destaca que un enfoque ágil de la guerra híbrida es prometedor para hacer frente a estas amenazas complejas y cambiantes. La tecnología tendrá un papel crucial en las guerras futuras, impactando a la forma en que se gestionan y utilizan los activos militares.

Esto se traduce en inversiones significativas en infraestructura de software para la gestión de equipos militares. Se espera que haya un aumento del 16,3% en el gasto total en defensa en los EE.UU., con un aumento del gasto en tecnologías de la información por parte de contratistas de defensa, pasando del 3% a alrededor del 5% de sus ingresos. Esto se destinará principalmente a inversiones en inteligencia artificial y automatización para optimizar la gestión de activos militares.

Los conflictos recientes ponen de relieve la falta de activos e inventarios «listos»

La reciente confrontación entre Ucrania y Rusia destaca la falta de preparación de activos militares y recursos disponibles para el combate, a pesar de las grandes inversiones en municiones. Las bases industriales de defensa no están equipadas para satisfacer la demanda actual, ya que su capacidad de producción se estableció para conflictos a menor escala. Esto ha llevado a un cambio de enfoque, con grandes potencias renovando sus estrategias de defensa para fortalecer sus reservas y flexibilizar el aprovisionamiento.

Se prevé así que la política de base, de la industria de defensa, se centrará en construir cadenas de suministro resilientes, mejorar la preparación de la fuerza laboral, aumentar la flexibilidad en las compras y aplicar medidas de disuasión económica. También se espera un papel crucial de las nuevas técnicas de fabricación, como la fabricación aditiva y la impresión 3D, para mejorar y agilizar la preparación militar.

De hecho, más del 50% de los nuevos contratos de defensa de EE.UU.  requerirán cumplir con requisitos específicos relacionados con la resiliencia de la cadena de suministro. Las naciones aliadas probablemente seguirán este ejemplo, exigiendo transparencia en la resiliencia de la cadena de suministro no solo para sí mismas, sino también para sus proveedores.

El aumento de los drones de bajo coste a medida que el uso de vehículos autónomos se adapta a las necesidades terrestres, marítimas y aéreas

En 2024, se espera un aumento significativo en el uso de drones de bajo coste, que se están integrando en las fuerzas militares como parte fundamental de su arsenal. Estos drones son ágiles, económicos de producir y se están adoptando rápidamente debido a su versatilidad para realizar misiones de vigilancia y ataques sin poner en peligro a los soldados.

Los drones, desplegables en aire, tierra y mar, están ganando prominencia en las flotas militares. Se están desarrollando vehículos de transporte de drones para facilitar la transferencia de activos y suministros entre embarcaciones, como el HMS Prince of Wales de la Royal Navy.

El Departamento de Defensa de EE. UU. está impulsando la iniciativa «Replicador», enfocada en la rápida construcción y despliegue de drones aéreos, terrestres y marítimos de bajo coste con capacidad de invasión autónoma en todos los dominios (ADA2). Estos drones, equipados con Inteligencia Artificial, se desplegarán en los próximos 18 a 24 meses para superar y abrumar a las fuerzas enemigas.

Estas alternativas de equipos económicos y eficaces, como los drones, serán clave en 2024 para maximizar los presupuestos militares mientras reinventan el concepto de fuerza conjunta en los espacios de batalla marítimos, aéreos y terrestres.

El auge de la IA obliga a la ciberseguridad a mejorar su juego

El auge de la inteligencia artificial (IA) está generando desafíos de ciberseguridad, especialmente en la cadena de suministro militar, donde el intercambio de información crítica se vuelve vulnerable a ciberataques. Los piratas informáticos con IA pueden ejecutar ataques más rápidos y a gran escala, dificultando la detección por parte de la infraestructura de ciberseguridad.

Sin embargo, la IA también se utiliza en defensa cibernética: el aprendizaje automático mejora la detección de amenazas y permite respuestas rápidas a ataques. Las organizaciones de la cadena de suministro militar buscan software de ciberseguridad resistente que pueda reaccionar ágilmente para evitar las fugas de datos. Herramientas de ciberdefensa autónomas con agentes inteligentes están siendo desplegadas para monitorear redes y tomar acciones inmediatas ante comportamientos anómalos, especialmente en la detección temprana de malware.

Se espera que en el próximo año las fuerzas de defensa incrementen drásticamente el uso de agentes autónomos y de tecnologías especializadas para mejorar la ciberdefensa, siguiendo ejemplos como la Agencia de Sistemas de Información de Defensa (DISA) de EE. UU. que planea expandir el uso de herramientas impulsadas por IA para pruebas de penetración en redes de defensa.

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