Se espera un aumento del coste de los ciberataques para 2025 alcanzando unas cifras desorbitadas de forma anual
Los ciberataques, independientemente del objetivo, causan unos daños que, dependiendo de su gravedad, pueden llegar a ser irreparables. Con 2020 y 2021 batiendo todos los récords, todos esperan que el nuevo año sea mejor. Por desgracia, los informes realizado por expertos en ciberseguridad no auguran un curso mejor; tampoco si miramos a largo plazo. Cada año que pasa vemos cómo el coste que causan los ciberataques a las empresas va en aumento. Esta tendencia, lejos de frenarse, parece que seguirá siendo recurrente en años venideros hasta alcanzar unas cifras mareantes. Así lo cree Cybersecurity Ventures, quien en un informe ha mencionado cuánto podría costar al mundo los ciberataques para 2025. La cifra total asciende hasta los 10.000 billones de dólares anualmente. La cantidad no es precisamente pequeña, y perfectamente plausible si tenemos en cuenta cómo está evolucionando la ciberdelincuencia. Se espera un aumento del coste de los ciberataques para 2025.
A día de hoy, teniendo en cuenta al ritmo que crece la ciberdelincuencia, la economía que generan sus movimientos se encuentra entre las más grandes del mundo. Si se la comparara con países como EE.UU. y China, dos superpotencias mundiales, la ciberdelincuencia estaría tercera con 6 billones de dólares. Casos como los ciberataques a SolarWinds Corp., Kaseya o Colonial Pipeline en 2021, que fueron los más sonados, pusieron de manifiesto la capacidad de los ciberdelincuentes para atentar contra cualquier objetivo. El aumento anual de los costes por ciberataque es algo que llevamos viendo desde hace tiempo, y nos preguntamos dónde estará su techo. La situación empeora gracias al uso de herramientas más efectivas por parte de los ciberdelincuentes, así como la sofisticación de los ciberataques ejecutados. Por supuesto, desde empresas y países se están tomando toda clase de medidas para evitar su avance. Efectivas o no, ya lo veremos.
2022, ¿año de cambio o misma tendencia?
2022 ya ha empezado y, aunque los expertos no auguran nada bueno en relación a la ciberseguridad, no será hasta finales de año cuando debamos hacer balance. De momento, todo apunta a que la tendencia seguirá aumentando; esto se traducirá en más ataques ransomware, aumento de las ciberestafas, proliferación del malware, mayores costes para las empresas, etc. A pesar de que existe cierta negatividad a un posible cambio de rumbo, las medidas que se están tomando en los países y empresas deberían ser suficientes para plantar cara. Es evidente que nadie se espera una reducción al cero de estas prácticas ilegales, pero sí que los registros caigan en un amplio porcentaje. Mientras esperamos ese cambio, lo mejor que podemos hacer es llevar a cabo una serie de prácticas saludables para dificultar a los ciberdelincuentes la tarea. A fin de cuentas, como decimos siempre, la ciberseguridad es cosas de todos.