SCAYLE obtiene el certificado de ciberseguridad de manos de Aenor, garantizando la máxima seguridad de sus servicios a ciudadanos y empresas
España sigue dando pasos de gigante en cuanto a la evolución de la ciberseguridad. Cada vez más importante ante el súbito aumento de ciberataques, contar con las mejores infraestructuras/servicios se antoja vital. El Gobierno de España, a través de sus distintos organismos, tiene en marcha toda clase de iniciativas destinadas a combatir esta lacra del s.XXI. Además, el país cuenta con centros especializados, siendo uno de ellos la Fundación Centro de Supercomputación de Castilla y León (SCAYLE). Fundación que está de enhorabuena ya que ha obtenido recientemente la certificación en el Esquema Nacional de Seguridad (cat. Media) que otorga Aenor. Esta certificación se entrega como reconocimiento y evidencia de la conformidad del sistema de gestión del centro. SCAYLE obtiene el certificado de ciberseguridad.
SCAYLE se convierte así en el primer centro de supercomputación de España que obtiene el certificado de ciberseguridad. Evidentemente, no es un certificado que se consiga así como así; pues el centro tuvo que superar una minuciosa auditoría de todos los sistemas de información que dan soporte a los servicios prestados en el centro. Sistemas como: cálculo científico en superordenadores, Cloud Computing, comunicaciones avanzadas de la red de ciencia y tecnología de Castilla y León, y almacenamiento de datos científicos. Con esta certificación, Aenor abala que los servicios, sistemas, aplicaciones, protocolos, etc. de SCAYLE garantizan la máxima seguridad a ciudadanos y empresas. Sin duda, no solo son buenas noticias para el centro, sino también para aquellos que hacen uso de sus servicios, pues se les garantiza que todos sus datos estarán bien protegidos.
La ciberseguridad crece en España
España sigue afilando sus armas para combatir los ciberataques. Tras los ataques a servicios como el SEPE o el Ministerio de Trabajo, entre otros organismos, urgía tomar medidas de todo tipo para parar, o al menos paliar, esta situación. La cantidad de ciberataques que se llevan a cabo de forma diaria pueden causar graves perjuicios al buen funcionamiento de estos organismos. Pero lo peor de todo es el daño que causan a la ciudadanía, sobre todos a aquellos que están pendientes del pago de los ERTES. La pandemia de COVID-19 ha agravado esta situación; toda medida que se tome es vital para asegurar que cualquier sistema o servicio funcione sin problemas y pueda gestionar los ciberataques con la mayor celeridad posible.